Como estrella fuiste a recorrer el Universo

Emergí a una oleada diferente que me dejo helado, acostumbrada a aguas dulces y cálidas.
No quise amarrarte, pero provocaste en este ser, tan pétreo, tal sentimiento en el momento de tu llegada, de tu mirada y tus gestos, que fueron ellos los que crearon un lazo duro de morder.

Estimulaste en mi la complicidad, a la hora de confeccionar travesuras, vos permanecías ahí cuidándome. Al cabo del tiempo, este lazo se convirtió en fidelidad absoluta, y es lo que caracteriza a tu especie. Fuiste mi fiel compañera.

Argumentaba que nunca te irías, ni mencionaba, soñadora creyendo en cuentos de hadas con los típicos finales felices.
Has pasado la mitad de mi vida, aun así tu partida sigue costando, pero toda estrella tiene el derecho y la necesidad de conocer el universo, en mi seguirás brillando.
Indudablemente, las aguas salinas siguen destrozando maquillajes pero feliz de que tuve una amiga que me acompaño en buenas y malas. Te recuerdo feliz, como lo eras, y seguiré haciendo.

El cielo se ha ganado una estrella, traviesa, pero gloriosa.